“ Yo creo que a Peñarol la ausencia de Leiva no los va a afectar demasiado, es un equipo que tiene variantes muy buenas para reemplazarlo. Sería una baja importante para un playoff, indiscutible, pero en una noche ofensivamente lo pueden cubrir incluso hasta jugando con cinco abiertos” me dijo Leandro Ramella en el transcurso de esta semana cuando le pregunté si la ausencia del centro alteraba su preparación del partido.
Martin Leiva es un jugador central para las aspiraciones locales e internacionales de Peñarol, ya sin Campazzo, es uno de los tres del bloque duro con Leo Gutiérrez como eje central y Boccia como lugarteniente.
El equipo tiene varias piezas importantes, jugadores de rol definidos y algunos como Giorgetti con lo chance de dar un salto adelante y convertirse en una nueva figura, pero Leiva tiene un lugar de privilegio en la estructura.
Quien sólo mira los números (12 p y 8 reb en la 13/14) para definir el aporte del ex Ferro se queda corto en el análisis, Leiva da mucho más de lo que enseña la planilla: es un especialista defensivo, brinda liderazgo, juego físico, profundidad ofensiva y se encarga de atender todas las disputas que puedan surgir en una noche, propias y ajenas.
Sin su presencia , Rivero tendrá que ajustar su juego. Defensivamente pierde a su faro, por lo que deberá partir de una muy buena defensa individual para no desequilibrarse tanto y trabajar las rotaciones con justeza, siempre con el foco de atención puesto en Baxley. Si bien Quilmes llega con cuatro hombres grandes al juego: Romero, Clark, Gallizzi y Wolkowyski, tres de ellos hacen su mejor trabajo lejos del aro.
En la última edición de la LNB, Ghersetti le dio a Quilmes 14 triples en 50 juegos, esta vez Ramella buscó otras características en la posición cuatro: un tipo que le diera mayor consistencia bien lejos del aro con un tiro que exija a la defensa a dar un paso adelante. Ahí se apunta Ivory Clark, que viene de lanzar durante la fase regular anterior 192 triples (31%), por cierto tiró más desde el arco que lanzamientos de dos puntos
En los casos de Romero y “el colo” son grandes que pueden anotar cerca del aro pero no es su sello distintivo. Entonces el más profundo hoy es el pivote juvenil, que viene de jugar el Mundial de España y promedió 14 minutos la campaña anterior con “el cervecero”.
Dicho esto, sería una apuesta de Ramella acentuar la búsqueda de la pintura para capitalizar la falta de Leiva, pero no es la naturaleza de este equipo. Como agregado, Quilmes perdió a su tirador puro entre temporadas, Facundo Piñero, y con excepción de Maciel, no tiene jugadores consistentes de tres puntos. No sería ilógico que Peñarol prefiera darle espacio a los tiradores en pos de ayudar a proteger su pintura generando alguna sobremarca si lo considera necesario.
En los últimos años, antes con Hernández, y ahora con Rivero, Peñarol ha sido un equipo que se destacó siempre por encontrar la ventaja que tiene en cada juego y explotarla hasta nuevo aviso.
Ya lo hizo en los clásicos de la temporada anterior y entiendo que esa postura se va a radicalizar sin Leiva. Cuando no se puede anotar en carrera, Peñarol invierte su ofensiva, coloca a Boccia en la pintura, los grandes juegan abiertos y todo se centra en ver cómo reacciona la defensa para hacerla pagar. Si la defensa de Boccia, que tiene todas los recursos a mano, no recibe ayudas, el escolta de Peñarol va al aro, si llega un segundo hombre entonces la bola rota hasta encontrar el hombre libre: con este juego Peñarol le anotó consistentemente al Baskonia la semana pasada. Adrián es un jugador alto para su posición en el mercado local (1.95), generalmente ataca jugadores que no están habituados a defender en el poste y cuando le han asignado un defensa más pesado para soportarlo, entonces se abre y ataca de frente, aprovechando su mayor velocidad. Cambia el método pero no el resultado final.
Es un juego simple desde lo conceptual, pero complejo desde la ejecución porque necesitas un externo que sea individualmente muy bueno de espaldas y que sepa reconocer cada situación, además de internos capaces de jugar bien lejos del aro y hacerte pagar las ayudas cada vez que los sueltes. En lo que sería una probable formación Boccia va a tener abiertos a Fernández , Gutiérrez, Giorgetti y Sahdi en formación de abanico. Difícil elegir a quién soltarle la mano para ayudar, sumado a esto aparece Fisher (llega tocado), otro tirador criminal, Diez, otro interno con alta eficacia de tres puntos y la opción Massarelli, que pasa muy fácil la primera línea defensiva y sabe cerrar con vértigo.
Con dos equipos que definen su estilo en la búsqueda del ataque rápido, el que domine los tableros tendrá una buena chance de quedarse con el juego. En definitiva, Peñarol sigue teniendo un gran potencial para desarrollar, mientras que de Quilmes, tomando como referencia la muy buena temporada anterior, se espera una versión colectivamente sólida e individualmente jerarquizada con los arrivos de Cequeira y Clark, más el aporte superador de Vildoza y Gallizzi, y la veteranía de Wolkowyski.
Habrá que esperar para ver quién impone lo suyo, porque pueden faltar jugadores, pero al clásico siempre le sobran los motivos para ser un juego imperdible.
Los Martines
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