UN FORMATO CON MUCHAS FALLAS

La nueva Liga Nacional tiene varios puntos que no quedan claros, es cierto que se busca abaratar costos de viajes, pero quedan al descubierto otros inconvenientes.

La nueva dirigencia que asoma en la Asociación de Clubes tiene como “caballito de batalla” cambiar el formato de competencia, ya sea eliminando los descensos (medida muy discutida) y con esta determinación ya consolidada, modificar el sistema de torneo.

Es una realidad que los presupuestos de los clubes son difíciles de costear por el solo hecho de la longitud de nuestro país, con equipos desde Formosa a Comodoro Rivadavia, se convierte en un problema. Basados sobre este inconveniente, un grupo de la UBA confeccionó un formato de certamen distinto, supervisado por Sergio Guerrero (manager Quilmes) y Gregorio Martínez (manager Obras).

Mas allá de la discutible postura de que lo realicen profesionales que nunca recorrieron la Liga Nacional y sus problemas, ya se plantean algunas cuestiones para analizar.

En total se disputan 52 partidos en 7 meses de fase regular (sin arrastre de puntos), esto genera un inconveniente para los clubes que tienen compromisos internacionales. Se quejaron la Liga anterior porque los calendarios estaban muy apretados, imaginen ahora con el mismo tiempo de duración y mayor cantidad de partidos.

Seguimos con el mismo problema de que los equipos que representan al país, son perjudicados con el fixture de la Liga Nacional (ej: Peñarol llegó de Ecuador un sábado y el domingo jugó con Obras), con este formato se acrecienta esta dificultad.

Las zonas (ahora llamadas conferencias) sur y norte, cuentan con un problema ya sabido, al no haber descensos la temporada anterior, quedan impares (9). Mas allá de esto, la idea es generar la fecha de los clásicos, así se pueden beneficiar los clubes con recaudaciones y menos viajes. Pero hay equipos visiblemente perjudicados con esta determinación.

A Boca Juniors lo pusieron como clásico de Atenas de Córdoba, dentro de una zona de menos kilómetros cruzan estos dos equipos a 800 km de distancia, además seamos sinceros, en ninguna de las plazas va a ir mucho mas público por enfrentarse entre sí (eso ocurría con Ferro – Atenas de los 80 o en la temporada pasada Regatas – Peñarol, rivalidades pese a la distancia).

Otro que se perjudica es Bahía con un viaje mas a Comodoro Rivadavia  que el resto de la Liga. En la zona norte el que agrega un viaje mas a Formosa es Libertad, mientras que los formoseños con Corrientes a solo 200 km, tienen que realizar un viaje cercano a los 700 km.

Una de las buenas decisiones, en apariencia, es hacer giras de visitante (3 juegos) y abaratar costos. El tema es para el local, cuando juegue 3 veces consecutivas en casa, las recaudaciones, por lógica pura, van a decaer, se pierde el interés y el público elige partidos.

Alguno podrá esgrimir que con los clásicos, ciertos equipos se benefician con recaudaciones, pero también es verdad que si los clásicos los jugás mucho y seguido, también baja la afluencia de público.

Con el correr de la competencia se verán los pro y las contras para seguir buscando un horizonte un poco mas claro. En la temporada anterior bajó el nivel de juego, la gente en las canchas y la competencia se vio afectada, mientras que varios jugadores que no tenían lugar se hicieron presentes en el mercado.

Cuesta mucho completar con jerarquía 16 planteles, con 18 la apuesta todavía es mas complicada, por eso se agrega el tercer extranjero optativo, entonces nace la contradicción, menos lugar para los juveniles que se fomentaron la temporada anterior. Todo este cambio, por ahora, tiene mas aspectos negativos y que no justifican haber cambiado lo mas importante de la LNB.

peñarol campeon super 8 mendoza