El maltrato que sufrieron los hinchas marplatenses que se acercaron a presenciar los dos primeros juegos finales de la Liga Nacional no tiene nombre, ni comparación en nuestra competencia. Mas allá de que también se fueron molestos los jugadores (agresiones a Leiva y Gutiérrez), directivos y periodistas de Mar del Plata por el trato recibido.
A medida que pasaron las horas, luego de los dos primeros encuentros en Corrientes, no cesaron los mensajes, llamados y comunicaciones sobre las agresiones recibidas del operativo policial y la mala organización que no pudo frenar incidentes, dentro y fuera del estadio.
Para semejante desprolijidad organizativa se sucedieron varios factores. El primero fue subestimar la rivalidad entre las parcialidades, esto llevó a una clara la falta de precaución y con posterior desenlace violento.
En el primer encuentro, detrás del banco visitante, Regatas vendió entradas al público local, no solo eso, sino que no separó, ni delimitó a los hinchas de uno y otro equipo. Resultado, incidentes entre ambos y agresión de un plateísta a Martín Leiva. Esto se solucionaba con no mucho mas de cuatro efectivos policiales que separen las dos parcialidades o un corte mas concreto, detrás del banco de Peñarol solo público visitante.
Después de esta agresión sobre Martín Leiva, esa platea debería quedar inhabilitada o por lo menos tomar recaudos para el segundo juego, en fin, para el partido del viernes se vendieron tickets para los dos equipos otra vez. Increíble.
Las situaciones lamentables no terminaron ahí, los fanáticos milrayitas que estaban en el sector popular fueron sacados del estadio al mismo tiempo que había hinchas de Regatas en el Parque Mitre, otro resultado lógico y triste, incidentes entre ambas hinchadas. La solución parece muy obvia escribirla, pero era que salga el público de Peñarol y a los diez o quince minutos, que lo hagan los locales.
Con todo este combo, la dirigencia del actual campeón, no debería tener problemas en el segundo juego y ya alertada de lo sucedido, tenía muy claro los focos donde prevenir. Bueno nada de eso.
Los hinchas de la popular de Peñarol fueron cacheados violentamente a su ingreso, no le dejaron siquiera un baño a disposición y para completar el maltrato, los sacaron a palazos. Un hincha marplatense se llevó la peor parte y tuvo que ser intervenido con quince puntos de sutura en su cabeza (por suerte ahora está bien). Una locura.
Se siguieron vendiendo entradas de las dos parcialidades detrás del banco, se amenazó a Ignacio Pichel (camarógrafo Los Martines) por tomar las imágenes del público local, con el argumento que se generaba violencia por grabar a los violentos (increíble!) y a Leonardo Gutiérrez lo impactaron con un proyectil en su cabeza antes que de inicio el partido.
Los periodistas correntinos mostraron su indignación con el comportamiento de una parte de la gente local, para Regatas se empaña una temporada sin incidentes, luego de que la temporada anterior apedrearon el micro de Boca Juniors en las semifinales y ahora con esta final teñida de violencia, escándalo y desorden total, otra vez lo involucra con hechos desafortunados.
La Liga Nacional sufrió la merma del público esta temporada y se realizan esfuerzos para que esto no suceda, pero si la violencia llega de esta manera, no solo se alejará masivamente la afición, sino que los propios protagonistas comenzarán a elegir otras opciones, donde no todo sea tan drástico y extremista.
Los Martines
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Foto: Infoliga.com.ar